El Ágora se planteó con una cubierta móvil que terminaba en unas lamas (los pinchos) que llegaron a fabricarse. De hecho, se encuentran a modo de acopio de obra en un solar anexo al edificio.
Cuando Blanco visitó el solar mal vallado en el que está el material del Ágora presenció cómo cinco o seis chatarreros se llevan las piezas de allí. El solar, situado justo detrás del Centro de Investigación Príncipe Felipe y donde se iban a construir las polémicas Torres de Calatrava por cuyo diseño la Generalitat ha pagado 15 millones de euros, se ha convertido en tierra de nadie. Vidrios de considerable grosor, una grúa desvencijada, estructuras metálicas descerrajadas, sin "ningún tipo de seguridad"
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Solar en el que se encuentran abandonados los ''pinchos'' que formarían parte del edificio.
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La portavoz del Generalitat, Lola Johnson en la rueda de prensa del pleno del Consell, que se trata de "una estructura metálica, que pesa toneladas, que está en un solar perfectamente vallado y con seguridad, porque así lo decidió la dirección facultativa de la obra [que corresponde a Santiago Calatrava]". Johnson asegura que las lamas "están perfectamente cuidadas y en las condiciones que en su día se acordó".
